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Medicina Intensiva

Opinión de un (casi) especialista

Hola, me llamo Nacho y soy residente de quinto año de Medicina Intensiva en el Hospital Universitario de Alcorcón, en Madrid.

Quiero dedicar estas líneas para compartir con vosotros mi pasión por esta especialidad.

Durante la carrera ya me fui dando cuenta de que el paciente que más me gustaba era el más grave de cada especialidad, así como las urgencias y el momento crítico agudo en el que está en juego la vida. Me parecía maravilloso el proceso por el que, estando tan cerca de un desenlace fatídico, aquellos médicos eran capaces de restaurar la salud.

La Medicina Intensiva es la parte de la Medicina que se ocupa de los pacientes con disfunción actual o potencial de uno o varios órganos que representa una amenaza para la vida y que son susceptibles de recuperación. Para ello, es necesario un profundo conocimiento fisiopatológico del paciente crítico y de la disfunción orgánica en el que se empieza a bucear durante la residencia y se va completando poco a poco con el paso de los años. Esto engloba una vastísima área de conocimiento a cubrir dada la variada gama de patologías que atendemos. Para ayudarnos a recuperar la funcionalidad orgánica, contamos con la ayuda de la tecnología y de múltiples aparatos capaces de suplir las funciones vitales comprometidas en cada momento; de este modo, realizamos ventilación mecánica, terapias de depuración extrarrenal, oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO), y un largo etcétera de técnicas encaminadas a la recuperación total o parcial de las funciones vitales del paciente que nos permiten "hacer mano" sin ser una especialidad quirúrgica: Intubación orotraqueal, todo tipo de drenajes (toracocentesis, pericardiocentesis, paracentesis), traqueostomías percutáneas, implante de marcapasos, canalización de vías centrales y catéteres de monitorización hemodinámica…etc.

Por otro lado, estamos muy en contacto con el servicio de Radiodiagnóstico y nos formamos a conciencia en ecografía del paciente crítico, que se ha convertido en una herramienta imprescindible en las unidades de medicina intensiva para el diagnóstico a pie de cama.

Para mí, que siempre me han gustado las especialidades médicas y no quería renunciar a ninguna, considero que la Medicina Intensiva te mantiene en contacto con todas ellas obligándote a interrelacionarlas evaluando al paciente desde un punto de vista global, lo que me parece precioso.

Como cualquier otra especialidad, también tiene sus claroscuros. La Medicina Intensiva es muy exigente; requiere mucho tiempo de estudio y tanto el día a día como las guardias requieren el máximo de ti física y mentalmente. Es verdad que se trabaja mucho y se duerme poco pero, a mí personalmente, me compensa de largo por lo que disfruto haciendo mi trabajo. También es cierto que es una especialidad relativamente joven y que en otros países europeos se organizan de diferentes formas, lo que hace que no tengamos reconocimiento automático por la Unión Europea, aunque sí se puede homologar el título y trabajar en el extranjero. Además, cada vez hay más países que copian el modelo español e implantan la Medicina Intensiva como especialidad primaria (Irlanda, Francia, Holanda, Portugal…etc.) de modo que, en breve, obtendremos el reconocimiento europeo automático. Y no, la especialidad no va a desaparecer ni se va a fusionar con otras y por supuesto que se puede tener familia y ocio y vida fuera del hospital… ¡Tenemos Medicina Intensiva para rato!

En resumen, considero que es la mezcla perfecta entre el conocimiento médico fisiopatológico profundo para el análisis de una panoplia de patologías importante de diferentes especialidades, mezclado con la posibilidad de realizar técnicas y utilizar tecnología biomédica punta, y un punto de adrenalina para los que nos gusta trabajar bajo condiciones de estrés.

Si te sientes identificado y te apasiona el paciente crítico… ¡no te arrepentirás!



 

 

 

 

 



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Créditos: Estudio L.Aulló
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