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¿Qué debo conocer para hacer una buena elección?


Índice

    1. ¿Cómo escoger una especialidad médica?
    1. 1.1. La importancia de tu elección
    2. 1.2. El miedo a la hora de decidir
    3. 1.3. Factores a valorar antes de escoger una especialidad
  1. 2. Generalidades sobre la eleccion de una plaza MIR
  2. 3. Otras cosas que debo tener en cuenta
    1. 3.1. Los cupos
      1. A. ¿Qué es el cupo general?
      2. B. ¿Qué es el cupo autonómico?:
      3. C. ¿Qué el el cupo de extranjeros?:
    2. 3.2. Los hospitales
    3. 3.3. La visita al hospital
    4. 3.4. Hoja de trabajo para la visita al hospital
    5. 3.5. La teoría del caos en medicina
    6. 3.6. La investigación en medicina
      1. A. La tesis doctoral
      2. B. Los fellowship americanos
  3. 4. Si te vas a otra ciudad
    1. 4.1. Lo primero, en tu ciudad
    2. 4.2. El primer viaje
    3. 4.3. Viajes sucesivos

1.- ¿Cómo escoger una especialidad médica?

1.1. La importancia de tu elección

 

“Hay tres tipos de personas: las que hacen que las cosas sucedan; las que ven cómo las cosas suceden;
y las que se preguntan qué ha sucedido”.

 

La elección de la especialidad por un nuevo médico es importante a muchos niveles. La satisfacción profesional del grado y su desempeño profesional se verán afectados por los atributos específicos de su trabajo. Así que antes de hacer las cosas de forma apresurada, considera que la medicina tiene más opciones de práctica que cualquier otra profesión y que muchos de los que se dicen descontentos con la medicina realmente están descontentos con la especialidad que escogieron. Si escoges la especialidad de forma sabia, éste será el primer paso para una carrera exitosa. Por todo esto, todo el tiempo que emplees buscando la plaza que mejor se adapta a ti estará bien invertido.

 

Los graduados deberían entender correctamente sus propias necesidades y las características de la especialidad que están considerando.

 

La realización profesional de un médico se ha relacionado con un entorno adecuado y con la capacidad para conseguir la satisfacción del paciente con su trabajo.

La elección de la especialidad se ha descrito como la sobreimpresión de uno mismo, de sus propias cualidades, con respecto a los atributos de las especialidades consideradas. Estos atributos podrían incluir la personalidad, ingresos, estilo de vida, reto intelectual, orientación tecnológica, habilidad clínica, opciones geográficas y potencial para la investigación o el liderazgo. Al principio, deberás evaluar tus puntos fuertes y débiles, tus necesidades, tus gustos. Después de mirar las especialidades disponibles, podrás hacer una primera elección. Debes de manejar toda la información posible, tanto mediante la lectura y entrevistas como mediante la experiencia. Una vez que hayas pasado esto, tendrás una sensación de alivio y estabilidad, por otro lado, es posible que tengas un cierto grado de ansiedad, no te preocupes, es normal sufrir ansiedad con una decisión importante, se le puede denominar “post-purchase dissonance” (algo así como “incomodidad después de la elección”). Si es mayor de la ansiedad normal, has de reevaluar tu decisión.

Para algunos recién graduados, las impresiones preexistentes de su preferencia por una especialidad se confirman o se eliminan cuando adquieren imágenes nuevas o refinadas de la especialidad o descubren algún aspecto que no había sido considerado. Otras personas pueden desarrollar un conocimiento acerca de ellos mismos que no encaja con las preferencias antiguas.

Los graduados estamos presionados para decidir pronto, justo tras acabar el grado, sin adquirir suficiente experiencia clínica. Además, hay que añadir que adivinar cómo tus puntos fuertes y tus necesidades pueden evolucionar a lo largo de una vida es incluso más difícil que la propia elección de la especialidad.

Otros puntos a valorar son las influencias externas que pueden hacer que algunos graduados, aunque crean que una especialidad es la idónea para ellos, eligen otra debido a barreras prácticas como las preferencias familiares, dinero, su número orden en el MIR, las tendencias del momento, cotilleos, etc.

Además, salvo para los que escogen una carrera docente, la imagen de las especialidades puede estar distorsionada por el filtro de la medicina académica (Universidad). Esto es debido a que muchos profesores y modelos de rol profesional son muy diferentes de sus contrapartidas no académicas. Realmente, las recompensas y la presión son muy diferentes en la enseñanza de la medicina y la práctica de la medicina en la comunidad. Además, la prevalencia y percepción de la patología es distinta en ambos ámbitos, lo que no da una imagen adecuada del trabajo. Por ejemplo, un estudiante universitario puede tener la visión errónea del trabajo de un cirujano general si sólo ha visto una parte muy específica y singular, como por ejemplo una unidad de cirugía hepatobiliar centrada en el trasplante hepático.

Por lo tanto, cuando contemplas una opción, familiarízate con las tareas diarias que son parte de ese trabajo y pregúntate si haciéndolas día a día te sentirás feliz. Desgraciadamente, no muchos estudiantes tenemos la oportunidad de experimentar el día a día de todas las especialidades.

Hay evidencias de que una percepción adecuada del estilo de vida y el trabajo de una especialidad puede alterar el número o el tipo de estudiantes que la escogen. Un ejemplo típico ocurre con la Especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, que, dependiendo del enfoque recibido por los estudiantes durante su formación, serán más o menos proclives a escogerla cuando sean graduados.

Las apuestas para acertar al escoger la especialidad adecuada son altas. La frustración y falta de satisfacción son comunes y parecen estar en aumento.  En Estados Unidos, al menos 1 de cada 4 médicos cambian su especialidad o la abandonan en 5 años tras la residencia.

Aunque esto es normalmente atribuido al estrés del trabajo por criterios económicos, al aumento de las posibilidades de demandas judiciales y salarios bajos, es posible que la falta de satisfacción venga también en parte por fallos en la elección de la especialidad, que puede tener su origen en imágenes distorsionadas de las distintas especialidades forjadas en la facultad.

Los graduados que se enfrentan a estas elecciones pueden beneficiarse, antes de tomar su decisión final, del trabajo con especialistas fuera del ámbito universitario. Los graduados deberían investigar con mucha dedicación las oportunidades de trabajar en su futura especialidad y las propias facultades y hospitales deberían asistirles en esta tarea.

La investigación en la selección de la especialidad facilita que los opositores tengan la información para tomar la mejor decisión para ellos mismos y para la sociedad. Mientras tanto, puede ser un buen primer paso facilitar a los opositores mejor información para que puedan formar impresiones realistas de su futura carrera profesional.

En estas líneas intentamos aportar la mayor información útil al opositor, teniendo en cuenta que en la elección final de la especialidad lo verdaderamente importante es él mismo.

 

1.2. El miedo a la hora de decidir

El miedo a tomar decisiones hace que la gente no progrese en sus vidasy carreras. Normalmente el consejo que te dan es “ten cuidado, puedes equivocarte.” El que te lo da, cree que si te “equivocas” en la elección te verás privado de todas las cosas buenas que la elección te traerá o que, si tomas una decisión “errónea”, perderás el control de tu vida, no será perfecta para ti, etc. En nuestra opinión este pensamiento es incorrecto. Volvemos al principio, cuando te miras al espejo, ves reflejado el concepto “médico”, ya habrá tiempo para que refleje el concepto “cardiólogo”, “pediatra”, “radiólogo”, etc.

 Decisión

Si piensas en la elección de tu plaza de un modo dicotómico, te generará estrés. Siempre te quedará la duda de “¿Y si hubiese…?” o la sensación de que tu vida no es perfecta. ¿En serio quieres eso?

Entonces, ¿por qué no pensar en la elección de plaza como un modelo con múltiples respuestas correctas? Para empezar, recuerda lo que dijimos al principio, creemos firmemente que la medicina tiene múltiples opciones de práctica. Segundo: Hay que desdramatizar en lo posible la elección, estamos de acuerdo en que es importante, pero no es cuestión de Vida o Muerte. Esta decisión no tiene por qué ser absolutamente permanente, incluso puede ser cambiada. Y lo más importante, no seas dicotómico, no todo es blanco o negro, hay una enorme escala de grises. Te darás cuenta de que, investigando un poco, encontrarás múltiples opciones que te satisfacen, a cualquier nivel del que hablemos. Después de esto, sólo tienes que ordenarlas por orden de preferencia, de acuerdo, este sistema puede seguir generando estrés. Piénsalo bien. ¿Es más soportable? Por supuesto, sabes que escojas lo que escojas habrás acertado.

Esto no lo decimos por decir, consideramos que, si a una persona le gusta lo que hace, tendrá muchas opciones que le proporcionarán una buena vida laboral y una gran vida personal. Entonces, si hacemos un razonamiento para escoger la especialidad y usamos un modelo más abierto y positivo, podemos afirmar que cualquier elección que hagas, podrá hacerte feliz (al fin y al cabo, es lo que importa).

Predecir es difícil, sobre todo sobre el futuro.

 

1.3. Factores a valorar antes de escoger una especialidad

 

“- Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor,
qué camino debo seguir para salir de aquí?
- Esto depende en gran parte del sitio al que
quieras llegar -dijo el Gato.”
Lewis Carroll. Alicia en el País de las Maravillas

 

Hay varios métodos para escoger la especialidad y el lugar para hacer la residencia. El primero de ellos es algo parecido al ensayo y error, muy usado, pero potencialmente peligroso. Un “contacto” con una especialidad puede ser muy estimulante por la patología que te encuentras, el equipo de residentes y adjuntos, etc. o totalmente descorazonadora por las mismas razones. En cualquier caso, la experiencia puede tener muy poco que ver con lo bien que encajas en la especialidad o cómo es la especialidad fuera del ambiente universitario. Se ha demostrado que estadísticamente, los estudiantes prefieren escoger plaza antes en especialidades por las que rotaron en su formación.

El segundo método es más científico, se trata de comprobar lo bien que te ajustas al perfil de la especialidad. Para ello usamos un test que ha sido pasado a los profesionales que están en práctica de cada especialidad.

 

Pilares para escoger la especialidad:
Tú.
La especialidad en sí.
Calidad de Vida.

 

A la hora de escoger la especialidad encontramos muchos factores. Te darás cuenta pronto que algunos elementos de decisión que para ti son importantes no lo son para tus compañeros. Puede ser muy útil hablar con gente que acaba de pasar por este proceso para que te expliquen su método, es más, insistimos en que lo hagas.

El factor más frecuente por el que se decide una especialidad médica es el cuerpo intelectual de la especialidad. Básicamente se trata de no aburrirse y tener nuevos desafíos, retos diagnósticos o técnicos. Curiosamente estos son los mismos factores que citan médicos con 20-30 años de ejercicio con altos niveles de satisfacción profesional.

El segundo factor más importante a la hora de la elección, es el tipo de pacientes que se encuentran en la práctica (la ausencia o no de contacto con el paciente).

Desgraciadamente es demasiado común la influencia de algún profesor o médico o algún curso de la facultad a la hora de escoger plaza. Es muy peligroso decidirse basándose solo en estos datos.

Como esquema, podemos usar:

  1. Personalidad: Hay un lugar en la medicina para cualquier tipo de personalidad. La medicina ofrece más elecciones, más tipos de actividades, más marcos de trabajo, más interacciones de personas y expresión de tus valores personales que cualquier otra profesión.

    Tu propia personalidad va a tener una enorme influencia en la elección de tu especialidad, hemos recogido una encuesta validada y la hemos adaptado a nuestro medio para ayudarte en esta tarea.

    Los opositores nos embarcamos en una búsqueda de la especialidad adecuada para nosotros y lo hacemos con pánico, sobre todo al descubrir que lo que realmente nos gusta son parcelas de distintas especialidades. Si esto te ocurre piensa que estás en una gran situación: puedes ser feliz haciendo varias especialidades, es decir, diferentes aspectos de tu personalidad encontraran recompensa con la práctica de distintas especialidades.
  1. Situación personal: hay que tener en cuenta que escoger correctamente la especialidad es distinto de escoger la mejor especialidad en el mejor sitio. El secreto es escoger la especialidad y el lugar de residencia que mejor se adapte a lo que necesitas.

     La relación con tu compañero sentimental y otras personas importantes de tu entorno pueden ser un factor mayor al escoger la especialidad, y deben ser ponderadas en su justa medida. La elección es tuya.
  1. Dinero: Es un poco difícil valorar este punto, y todos debemos saber que en la medicina es muy difícil (prácticamente imposible) hacerse rico. De todas formas, a la hora de escoger plaza, desde el punto de vista económico, debes valorar:
    • Lo que cobrarás como residente, hay hospitales en los cuales por convenio el residente cobra un extra adicional dependiente de la comunidad autónoma, infórmate.
    • El número de guardias que realizarás, a mayor número de guardias mayores ingresos, debes valorar el coste/beneficio.
    • El precio de la comida en el hospital, hay algunos lugares donde la comida en la cafetería del hospital es gratuita o está financiada (en función de si te quedas a trabajar).
    • El gasto de transporte, en algunos lugares el abono de transporte es gratuito.
    • Recuerda que en las escuelas profesionales no se recibe remuneración durante la formación.
    • Otros gastos como la colegiación, el nivel de vida de la ciudad, posibilidad de comprar o alquilar vivienda, etc.
    • Otras características para después del período de residente como puede ser las posibilidades de ejercer en la sanidad privada, etc.
  1. En casa o fuera: La cuestión geográfica es muy importante, a veces se le da más papel del que debería, pero a la hora de considerar tus opciones la localización de tu futuro centro de trabajo es de los más personal. Lo que hay que tener en cuenta es que los prejuicios y la ignorancia no deben de limitar tu potencial. Idealmente, deberías de poder visitar todos los centros posibles, pero esto es muy difícil, por lo que aconsejamos informarse y hacer visitas seleccionadas.
    Hay muchas cosas que debes considerar acerca de este tema, por ejemplo:
    • Primero: Los gastos de los viajes, intenta enlazar tus viajes. Será una paliza, pero ahorrarás dinero.
    • Segundo: Si cambias de ambiente, haz que valga la pena, salvo que las necesidades personales de cambio sean grandes. Si estás en posición de escoger holgadamente, el cambio debería de ser para hacer tu especialidad en un buen sitio
    • Tercero: La reticencia a abandonar el “nido”. El “nido” es tu ciudad y tu hospital, donde conoces las reglas, conoces a la gente y ellos puede que te conozcan, en resumen, donde te sientes como en casa. Estaría bien quedarse y además piensas que los de fuera son mejores que tú. FALSO. Eres tan bueno como los que fueron formados en otras facultades. Y en todos los sitios vas a tener que ganarte el respeto de tus supervisores… entonces, ¿dónde está la diferencia? Mucha gente cambia de medio y no es un drama. Por lo tanto, no aconsejamos directamente que te vayas, si no que no te autolimites. Tenlo muy presente: NUNCA te cierres las puertas.
    Recordamos que escoger una buena plaza no es equivalente al mejor sitio, si no al que te haga más feliz, durante y después de la residencia.
  1. La ciudad: También es importante valorar la ciudad en la que te vas a formar. En general el paso inicial para escoger la plaza MIR es escoger “un lugar” o “una especialidad”. Es tu labor dar la importancia que en tu opinión se merecen ambos factores, aún en el caso que escojas una especialidad a “cualquier precio” debes tener en cuenta la ciudad en la que vas a vivir. No infravalores ninguno de los dos aspectos.
  1. Presiones Familiares: Sería un poco ingenuo decir que la familia no te va a presionar para que tomes una decisión en especial, todos tendrán una opinión sobre lo que deberías hacer, aunque sea a un nivel subconsciente. Normalmente esta presión vendrá por la especialidad que debes escoger o por el sitio donde deseas hacerla. Las exigencias de la familia pueden trastocar tu decisión. Es un tema demasiado personal y no podemos ofrecerte mucho consejo, excepto de que antes de restringir tus posibilidades, hables con el resto de personas implicadas, y dejes clara tu situación. Nunca decidas sin información clara, por tu cuenta, podrías llevarte sorpresas de lo flexible que puede ser la otra parte.
  1. Hospital grande o pequeño: El volumen de pacientes que vas a ver depende mucho del contexto hospitalario donde estés. Los hospitales grandes suelen tener muchos pacientes para ver y, generalmente, dan mayor autonomía a los residentes de especialidades, mientras que pueden ser un poco frustrantes para los residentes de Medicina Familiar y Comunitaria. Se puede explicar en parte por el gran número de pacientes y poco personal, y por la desconsideración que todavía reina con respecto a la medicina de familia. En los hospitales comarcales, no suele haber muchos residentes de especialidades ajenas a Familia, con lo que éstos tienen mayores obligaciones y libertad de acción, como contrapartida, no tienen las mismas oportunidades para ver patología “rara”. No te indicamos dónde ir, sólo que tengas en cuenta lo que se espera de tu formación y dónde puedes conseguirla.
    Este es un factor de primer orden: el hecho de que el hospital te permita ver una muestra grande de los pacientes que luego vayas a tratar cuando te toque a ti ejercer como especialista. ¿Vas a ver todo lo relacionado con tu especialidad o sólo las áreas en las que tu hospital es puntero?
    La mayor parte de las deficiencias se pueden solucionar con rotaciones externas, sin embargo, muchos servicios no permiten éstas, por considerar que trastocan demasiado su actividad asistencial (No olvides que como residente, vas a ser la base del sistema asistencial de la medicina pública).
  1. Ideas Preconcebidas :Las percepciones sobre la especialidad pueden verse influenciadas por experiencias previas. Generalmente tenemos percepciones positivas de algunas especialidades al entrar en la facultad, por ejemplo, palabras como “cirugía”, cardiología”, “pediatría”, “urgencias”, etc. generan estímulos positivos. Mientras que “medicina de familia”, “gestión sanitaria” “urólogo”, “anatomopatólogo”, etc. Pueden generar estímulos desagradables. Son ideas preconcebidas, debes considerar en que medida esto se corresponde con la realidad. En esta elección es importante dejarlas al margen para poder tener un criterio objetivo a la hora de escoger.
    Por si fuera poco, hay muchas especialidades de las que nunca has oído hablar o con las que no has entrado en contacto, o sólo de forma periférica, pero TODAS son opciones que debes considerar. No importa qué especialidad sea, si has decidido que te gusta, te irá bien. Piensa bien sobre ello, ¿cuarenta años sintiéndose mal merecen la pena?
  1. Aprendizaje en la Facultad: Las prácticas clínicas pueden dar refuerzos positivos o negativos a tus percepciones sobre cada especialidad. Deben ser valoradas en su justa medida, no puedes dar un valor absoluto a la visión sesgada que te ofrecen las prácticas clínicas docentes.
    Seguro que estarás influido por las opiniones de tus compañeros a la hora de discutir las especialidades, el status que se percibe y el estilo de vida en cada una de ellas.
    En resumen, ni tú experiencia en la facultad, ni las opiniones de tus compañeros, entorno y, repetimos, ideas preconcebidas, por si solas pueden llevar a una elección acertada. Solo tu opinión personal y el conjunto de toda la información que puedas conseguir te pueden dar la clave a la hora de elegir.

El truco para estar correctamente informado es:
ESCUCHAR + PREGUNTAR 

  1. Conseguir un Mentor: Un mentor, también llamado tutor o maestro, es la persona en quien confías para ayudarte en tu educación, es muy difícil de conseguir, pero puede resultarte de muchísima ayuda. Podemos decir que es uno de los pasos más importante que puedes tener en tu carrera. Los pasos para conseguir un mentor son:
    1. Decide tus metas tan realistamente como puedas, luego identifica a alguien que está haciendo lo que a ti te gustaría hacer.
    2. Planifica y consigue una conversación con él en la que ambos tengáis suficiente tiempo.
    3. Coméntale claramente tus problemas porque será la única forma de que te pueda ayudar.
    4. No seas dependiente, la decisión final es tuya.
    5. Tener más de un tutor puede ser útil (sobretodo si barajas varias especialidades) y porque tendrás varios puntos de vista. Valora en todo momento que puedas contrariarle con tu elección.
    Finalmente, ten claro lo que deseas de tu mentor (consejo) y lo que él espera de ti (trabajo en caso de que te formes en su servicio). No presiones por nada más, si demuestras lo que vales, el resto irá solo.
    Intenta que tu mentor trabaje en un campo que te interese, pero la persona apropiada depende más del individuo que de su especialidad. Seleccionar a alguien que no ve más allá de su propio campo es un autentico peligro.
    Además de tu mentor, has de procurar hablar con el mayor número posible de personas de la especialidad y a ser posible de varios sitios, es temerario escoger plaza basándose sólo en las opiniones de una persona aislada.
  1. Tú Servicio: Además de todo lo anterior es importante valorar las características del servicio en el que vas a trabajar. Muchos aconsejan que te vayas a centros grandes, con renombre (el prestigio del centro les invade, sea merecido o no) “si puedes entrar, vete”. Este consejo vale todo lo que pagaste por él, o sea, NADA. No hay ningún servicio en ninguna parte que sea perfecto para todo el mundo. Así que, primero considérate como individuo, y luego empieza a considerar tus necesidades, las actuales y las que prevés en el futuro. Algunos aspectos a tener en cuenta son:
    1. Experiencia clínica: No importa lo que vayas a hacer después en tu carrera profesional, la experiencia clínica que obtengas en la residencia es la base de tú conocimiento clínico. Esto es importante para todas las especialidades que tengan contacto con el paciente, aunque sea de forma periférica (especialidades, digamos; de diagnóstico). Si la experiencia clínica que te ofrece el servicio no es correcta, es dudoso que el resto de factores puedan compensarla.
    2. Volumen de pacientes: Es muy importante, tanto por exceso como por defecto. Hoy por hoy es difícil de obtener con lo que solamente se puede valorar de forma aproximada por el número de pacientes que ve el servicio al año, el número de procedimientos hechos (biopsias, intervenciones, pruebas diagnósticas, etc.). Pero es más interesante saber lo que pueden hacer los residentes y eso no están dispuestos a decirlo todos.
    3. Docencia: No es solo la capacidad de enseñar que posean los especialistas, sino el tiempo que llevan haciéndolo. Sesiones docentes, grupos de trabajo, sesiones de solución de problemas, rotaciones externas y publicaciones son aspectos a considerar dentro de la docencia. Pero lo más importante es que los responsables te quieran enseñar. ¿Contradictorio?, ¿cómo que no te quieren enseñar? Todos lo vivimos en la facultad, en un hospital universitario en el que no todo el mundo desea enseñar. Y en muchas especialidades es fundamental que alguien te guíe, no puedes aprenderlo todo por ti solo.
    4. Responsabilidad: El viejo aforismo decía: “un médico ve una técnica, hace una técnica y luego enseña una técnica”. Pues bien, así es como vas a aprender en la mayor parte de los sitios. Esto significa que vas a tener la responsabilidad del cuidado primario del paciente, pero luego, ¿Vas a tener capacidad de decisión o todos tus actos tendrán que ser aprobados de antemano?, ¿Realmente serás el responsable de tus pacientes o sólo serás el que cubre guardias y hace el papeleo del jefe?, ¿Harás procedimientos de urgencia? Aprendes tomando responsabilidades, no lo olvides.  Habla con los residentes que ya están en el servicio, nadie mejor que ellos te informarán de su actividad.
    5. Capacidades técnicas: A la hora de buscar plaza en servicios donde se hagan procedimientos de rutina, has de valorar su dotación técnica y quienes están dispuestos a enseñarte. En estas especialidades donde los procedimientos son parte indispensable del trabajo, has de terminar tu residencia siendo capaz de aplicarlos. En especialidades como Radiodiagnóstico la dotación técnica del servicio es muy importante, lo mismo que en otras especialidades de diagnóstico.
      Esto es una carrera de fondo y el objetivo es dominar lo que vayas a necesitar en la práctica real, siempre hay tiempo para las subespecialidades, no pretendas hacer cirugía de base de cráneo siendo un R1. Recuerda que, durante la formación, a algunos residentes hay que espolearlos, pero a otros hay que refrenarlos. Da los pasos solo cuando estés preparado.
      Si estás en una especialidad quirúrgica, pregunta cuándo vas a poder empezar a operar como cirujano principal, no sólo cuándo vas a estar ayudando con el retractor. En la mayoría de los sitios, salvo que seas un individuo excepcional, será sobre el segundo o tercer año. Ten mucho cuidado sobre cómo y cuándo lo preguntas.
    6. El número de residentes que entran en cada servicio. Un número elevado tiene tanto aspectos negativos, (como una menor atención proporcional a cada residente), como positivos, (la actividad docente está más integrada en el servicio, más posibilidades de adaptar tu trabajo a tu vida privada por ejemplo en el cambio de guardias o vacaciones).
    7. Capacidad de los residentes que entraron en anteriores promociones. Tiene aspectos positivos, recibirás, posiblemente, una mejor formación al trabajar a su lado. Aspectos negativos, la atención del servicio puede estar centrada en una “figura” determinada, ya sea por su número como por los contactos que posea.
    8. Calidad de tu servicio: Entérate de si sirven como unidad de referencia, de si se ven forzados a derivar patología por no disponer de técnicas, de si son una unidad que realiza ensayos clínicos (fase 1, fase 2 o fase 3) etc. Entérate también de si sobresalen en algún aspecto.
    9. En la calidad de vida es importante informarse acerca de las guardias en el periodo de residente. Entérate del número que te pondrán al mes, si serán en tu servicio o en el que estés rotando, si los adjuntos te van a echar una mano o “está mal visto” llamarlos, si libras al día siguiente, etc. Teniendo en cuenta que varía mucho de un hospital a otro y de un servicio a otro. Debes preguntar a tus futuros compañeros.

Mirar no cuesta nada

  1. Espíritu de equipo: Debería de ir en el grupo anterior, pero por su importancia lo ponemos aparte. Aquí incluimos la camarería entre los residentes, adjuntos, etc. el ambiente que respira el equipo.  Como es lógico, es casi imposible de medir, depende de tu intuición, etc. según los psicólogos de la forma, la Gestalt, la percepción humana no es la suma de los datos sensoriales, sino que pasa por un proceso de reestructuración que se configura a partir de esa información. Esto, repetimos, es poco mesurable, pero influye mucho en cómo puedes disfrutar tu periodo de residencia. Puntos clave: vigila mucho el día a día del servicio, guarda las experiencias que tengas con ellos, incluidas las llamadas telefónicas para pedirles hora para visitarles, presta mucha atención a la comunicación no verbal, a la facilidad con la que se comuniquen dudas, problemas, a los vínculos entre el personal, … En resumen, si al ver un servicio, tienes la sensación de que “no encajas” posiblemente no merezca la pena ir a ese sitio. Valóralo.
  1. Horas de trabajo: Las horas de trabajo son también muy importantes. Hay quien ha dividido las especialidades según tengan un “estilo de vida controlable o incontrolable”, en nuestra opinión basar una decisión tan importante en esta clasificación no es correcto. Tú puedes trabajar un gran número de horas al día en cualquier especialidad que tú escojas. Generalmente las horas que un médico trabaja marcan tanto la vida familiar como sus actividades extracurriculares. Lo que queremos decir es que la medicina se puede convertir en el centro de tu vida si tú quieres, independientemente de la especialidad que escojas. Por otra parte, en cualquier especialidad se puede combinar la vida profesional y privada. Todo depende de ti.
    Un hecho que tienes que tener en cuenta figura en tu futuro contrato como residente, básicamente es que según las necesidades asistenciales y/o docentes, pueden mantenerte ocupado todo el tiempo que necesite el servicio. No suele haber problemas con esto, pero entérate si hay “peonadas” o algo parecido.
  1. Duración de la residencia: La mayoría de los estudiantes no se ven influidos en la decisión por la duración de la residencia, ya que el hecho de poder practicar su especialidad compensa la mayor duración del entrenamiento. Esto debería ser valorado como el resto de características de la plaza, tanto en las especialidades de cinco años de duración como en las de tres.

 

2.- Generalidades sobre la elección de una plaza MIR

2.1.- Puntos previos y lista de preferencias

La elección de una plaza MIR es una decisión muy importante que condicionará tu vida futura en el aspecto profesional.

Existen tres puntos previos fundamentales sobre los que tendrás que basar tu elección:

  • Número MIR.
  • Especialidades y hospitales que me gustan.
  • Condicionantes personales: familiares y geográficos.

Así, según estos tres puntos preliminares y lo que cada uno de ellos te pueda condicionar a ti personalmente, es bueno que CONSULTES las LISTAS de la elección de plazas de años anteriores, siempre teniendo en cuenta la variabilidad que existe cada año, te hagas así idea de la situación en la que te puedes encontrar y a partir de aquí te “muevas” y preguntes, y sobre todo te elabores una LISTA por orden de preferencias. La lista ha de ser más amplia cuanto número MIR más alto tengas. Si eliges el segundo, tercero, cuarto día... NO TE DESCUIDES tendrás que ir REHACIENDO tu lista, tachar opciones agotadas e ir considerando otras opciones nuevas, así cuanto más amplia mejor, con menos nervios y más tranquilidad llegarás el día que te toque elegir.

 

3.- Otras cosas que debo tener en cuenta

Otras cosas que debo tener en cuenta

 

3.1.- Los cupos

  1. ¿Qué es el cupo general?
    A la hora de elegir plaza, existe un matiz importantísimo que tienes que tener presente necesariamente: las plazas OFERTADAS no coinciden en número con las plazas que se van a ADJUDICAR. Las plazas OFERTADAS, que se publican cada año en el B.O.E, son las plazas disponibles para formación en cada especialidad (hospitales que se ofrecen como posibles para especializarse). Esto no significa que vayan a ir residentes a formarse a todos estos hospitales, es decir, NO SE ADJUDICARAN todas las plazas que se ofertan. El número de plazas de formación que realmente se adjudicarán es lo que se denomina “CUPO GENERAL POR ESPECIALIDADES”.
    Si ponemos un ejemplo: en una especialidad como Medicina Interna, puede existir una oferta de doscientas plazas, lo que equivale a doscientos posibles hospitales o servicios que tienen acreditada la formación de residentes; pero a la vez el cupo para la especialidad puede ser de ciento setenta, lo que significa que cuando elija Medicina Interna la persona 170 automáticamente desaparecen las otras 30 plazas que no se adjudicarán. Es fundamental tener esto en cuenta para evitarte sorpresas desagradables, que no son además nada infrecuentes años tras año.
    Finalmente, debes saber que no todas las especialidades son de cupo general, y que los cupos cambian cada nueva convocatoria MIR.  Todo se publica previamente en la convocatoria MIR cada año en el B.O.E. Consulta la convocatoria para conocer lo que se aplicará en tu año.
  1. ¿Qué es el cupo autonómico?:
    Consiste en un número máximo de plazas que serán adjudicadas de cada especialidad y en cada Comunidad Autónoma, así y siguiendo con el ejemplo anterior, de las 200 plazas de Medicina Interna ofertadas, se adjudicarán 170 y de ellas 25 en Madrid, 30 en Cataluña, 10 en Aragón, 12 en Andalucía. De esta forma cuando elija Medicina Interna la persona número 30 en Cataluña, el siguiente podrá escoger esa especialidad si quedan plazas, pero no podrá ser en esta comunidad sino en otra para la que no se haya cubierto su cupo. Los cupos por Comunidades Autónomas son también publicados previamente en el BOE.
    Cuando la suma de las plazas ofertadas en el conjunto de los hospitales de una Comunidad Autónoma es superior al cupo autonómico, entonces solo se cubren plazas hasta que se cubre el cupo autonómico. Las plazas que superan el cupo ya no se pueden elegir.
  1. ¿Qué el cupo de extranjeros?:
      Durante las últimas convocatorias ha existido un cupo máximo de plazas MIR que podían ser ocupadas por médicos extracomunitarios sin permiso de residencia, trabajo o visa de estudios.
    Una vez agotado el cupo de extranjeros, ya no se puede elegir plaza por aquellos afectados por el cupo que faltan por elegir

3.2. Los hospitales

Existe una “clasificación” de los diferentes hospitales según su pertenencia ó no al sistema público (a la Seguridad Social ó ser centros concertados ó privados). La importancia que tiene esta consideración radica en que no podrás elegir plaza MIR en algunos de los centros privados, salvo que tengas previamente una conformidad del centro autorizándote a hacerlo, y que deberás llevar el día de la elección de la plaza.

Así nos encontramos:

  • Hospitales públicos: son aquellos pertenecientes al sistema público de salud o a las comunidades autónomas, de elección libre de cara a la plaza MIR.
  • Hospitales privados que NO precisan conformidad: Son aquéllos de gestión privada pero que tampoco precisan conformidad de los aspirantes.
  • Hospitales privados que precisan conformidad: Estos son los que no podrás escoger salvo que hayas solicitado antes en el centro concreto la plaza y se te haya autorizado. Esta autorización tienes que llevarla y presentarla en el Ministerio el día de la elección.

3.3. La visita al hospital

Vamos a poner en práctica las guías básicas de las que hemos hablado en el punto anterior. Has decidido visitar un hospital, ¿Qué es lo que debes de valorar en él?

  1. Debes moverte todo lo posible:
    Si no sabes cómo se trabaja, cómo se enseña en otras partes, etc. ¿cómo sabes que lo que tienes en casa es lo que más te conviene? Salvo que los motivos personales te hagan quedarte en tu ciudad (e incluso en ese caso), deberías conocer más sitios, de cualquier modo, es una experiencia enriquecedora, y el ver no te obliga a escoger esa plaza: MIRAR ES GRATIS.
  1. Antes de la visita: Averigua todo lo que puedas sobre el servicio que vas a visitar, sus puntos fuertes y débiles, presta atención a sus desventajas y si existe una forma de subsanarlas (rotaciones externas, cursos, doctorado, etc.) No pidas imposibles, pero tampoco descartes nada “a priori.” Los métodos para obtener información de servicios con los que nunca has estado en contacto son todos los que tu imaginación permita. Siempre es útil el preguntar a alguien de confianza que tenga relaciones con ese servicio, los residentes también se relacionan bastante y suelen compartir quejas, puedes enterarte de quien es el jefe de servicio y ver lo que publica (si lo hacen, y si van residentes en las publicaciones, implicaría que además de la clínica, favorecen la docencia); y, afortunadamente, cada vez más servicios tienen su propia página web.
    En algunos servicios, el personal puede llegar a ser excesivamente protocolario (lo que no implica que no vayas a encajar en él) con lo que, para ahorrarte el causar una mala impresión, ¿por qué no llamar antes y concertar una cita con alguien del servicio? No tiene por que ser necesariamente el jefe, pero es mejor que estén enterados de que vas, y así te puedes ahorra el “sujetar paredes” un par de horas. De todos modos, la respuesta más normal va a ser un “pásate cuando quieras”.
  1. ¿A quién y qué pregunto?: Los temas sobre los que deberías preguntar ya lo tienes, enumerados en el apartado 2. Como siempre, esto sólo es orientativo, úsalo como mejor te parezca.
    A los residentes: Son los que mejor te van a informar sobre la formación que vas a recibir en ese servicio. Tienes que estar atento, porque de vez en cuando hay servicios que están en proceso de cambio, en estos necesitarás más tiempo y más personas para valorar lo que puedes ganar en él. Como norma general, no preguntes al R1, normalmente se pasan gran parte de su primer año rotando fuera de su servicio y además no tienen todavía una idea demasiado clara de qué es lo que se espera de ellos, tampoco preguntes al residente de último año, y menos en las fechas en las que solemos buscar las plazas, su contrato está a punto de acabar y corres el riesgo de que su visión sea demasiado negativa, aunque te pueden informar de las oportunidades de salida laboral (esto depende mucho de la persona, algunos no se ven influidos y pueden darte una visión altamente realista). Entonces, como norma general, pregunta a los residentes “intermedios”, probablemente son los que te darán una visión más ajustada de las labores de un residente.
    Jefe del Servicio o Adjuntos: Normalmente son conscientes de que tu mayor interés son los actuales residentes y sólo esperan que comentes con ellos aspectos muy específicos. Puedes cruzarte con individuos “potencialmente peligrosos” para tu futuro. Estos intentarán “venderte” la plaza, guiarte con su información sesgada, captar gente, etc. Contrasta varias opiniones, si puedes.
  1. Después de la visita: No te olvides de que las jornadas de visita a hospitales pueden hacerse maratonianas, visitando varios servicios o distintos hospitales de la misma ciudad. Al final de cada visita te puedes sentir abrumado con toda la información recibida. Nuestro consejo es que después de ver un servicio, te serenes un momento y escribas. Escribe sobre las ventajas que encuentras, los inconvenientes, presta mucha atención a la comunicación no verbal. Para ayudarte, incluimos una hoja de trabajo basándonos en lo que a nosotros nos funcionó. Rellena la parte que corresponde a tu servicio inmediatamente después de visitarlo, el resto ya lo puedes cubrir con más calma. De este modo, la información estará fresca y fijada, y podrás comparar varios servicios días o semanas después basándote en tus anotaciones.
    La visita a hospitales es algo que vas perfeccionando con la práctica, es normal que las primeras veces te encuentres nervioso y que creas que no te va a hacer caso nadie. Piensa que los que ahora están de residentes estaban como tú hace un par de años y que todavía se acuerdan de eso, te sorprenderás de lo abiertos que pueden ser, aunque no te conozcan.

3.4. Hoja de trabajo para visitar el hospital

NOMBRE DE LA ESPECIALIDAD:

LUGAR:

A FAVOR

EN CONTRA

CARACTERÍSTICAS DEL HOSPITAL
Tamaño, variedad de patologías, etc.

CARACTERÍSTICAS DE LA CIUDAD:
Transporte, alquileres, etc.

CARACTERÍSTICAS DEL SERVICIO
Docencia, Ambiente, Impresión recibida, etc.

CARACTERÍSTICAS LABORALES
Guardias, rotaciones, etc.

CARACTERÍSTICAS INVESTIGACIÓN
Doctorado, Tesis, Publicación, etc.

OTROS FACTORES

 

3.5. La teoría del caos en medicina

“La suma social total de los pequeños esfuerzos cotidianos de todo el mundo, especialmente cuando se aúnan, libera indudablemente bastante más energía en el mundo que las hazañas heroicas singulares. Ese total incluso logra que el esfuerzo heroico individual parezca algo minúsculo, como un grano de arena en la cima de una montaña con un sentido megalomaníaco de su propia importancia.”

Aunque parezca pura retórica quizás este sea el apéndice más importante para ti a la hora de escoger plaza MIR, vamos a intentar explicarlo:

  • La gente quiere escoger plaza para hacer la residencia, ¿Qué plaza?, en teoría “la que mejor se adapte a mis conocimientos, gustos y aptitudes”.
  • Problema: Opositores que consiguen un número más alto de lo que sus intereses necesitan. Por ejemplo, mi vocación es hacer Medicina Interna, me gusta, se adapta a mi y he tenido buenas experiencias en su seno, durante el MIR estudio para conseguir esta especialidad y de repente me encuentro con que tengo “un 87”: Problema: se genera una “Mariposa de las plazas”. Ahora que tengo un número fabuloso voy a dedicarme a hacer Neurocirugía en el mejor hospital de España (en el mejor hospital; no en el que se adapta a mis cualidades; y además; neurocirugía “Claro, que voy a hacer si tengo un 87”).
  • Se genera un efecto cadena o “Teoría del Caos” en el que las alas de la mariposa del número 87, desplazan al 121 que quería esa plaza, que, si se adaptaba a lo que buscaba, le empuja a Cardiología, que desplaza al 314 a escoger de cardiología a neumología, etc.
  • Solución Final: Nadie consigue lo que verdaderamente le va a llenar como médico, lo que se genera es una marea de incertidumbre, infelicidad e inseguridad, que a su vez genera un Catedrático de Neurocirugía, que en realidad quería ser Internista y que acaba quemado a los 35 años y maltratando a sus alumnos en la facultad.
  • Modelos de Mariposa de las Plazas:
    1. Personas con número MIR demasiado alto para lo que quieren realizar de corazón.
    2. Personas que nunca han hecho nada en la carrera y se encuentran con un número bastante bueno en el MIR.
    3. Personas indecisas que dependen de los demás para tomar una decisión personal.
    4. Personas que no piensan suficientemente sus decisiones.
    5. Desinformados.
    6. Etc.
  • Moraleja: Escoge aquello que se adapte a tus cualidades, a tus deseos y a tus gustos, no dejes que nada tan fútil como un número alto o “el qué dirán” o la desinformación generen una decisión errónea. Ten en cuenta sobre todo el último punto, infórmate, pregunta y toma siempre la decisión de una forma razonada, meditada y tranquila.

 

3.6. La investigación en medicina

NOTA: Queremos aclararte que la mayor parte de nuestra información proviene de nuestra propia experiencia, modulada por las revisiones, guías y artículos que hemos podido recoger de la literatura. Si estás pensando en saltarte esta parte por no tener interés en la investigación, te rogamos que te pares y lo reconsideres.

 Para entrar en el tema hay dos aspectos que consideramos importantes:

  1. El primero es que nuestra formación en el terreno de la investigación no tiene nada que envidiar a la que reciben otros estudiantes de biociencias. Al iniciar un programa de doctorado nuestro nivel es muy parejo, y a la hora de aplicar conocimientos es más probable que tengamos una buena visión de conjunto, en nuestro caso, aplicada hacia el paciente.
  2. El segundo punto importante es que no pretendemos dar un listado de sitios idóneos para realizar una labor de investigación o una tesis doctoral, ni siquiera las especialidades que más posibilidades tengan para desarrollar una labor investigadora. Primero, porque no tenemos autoridad moral para hacer tal cosa, y segundo porque no sería justo con ningún servicio.

En resumen, en este capítulo sólo pretendemos ofrecer unas directrices que a nosotros nos han parecido útiles a la hora de buscar una plaza MIR que permita desarrollar una labor lo más lejos posible del “que inventen ellos”.

Entrando en materia, si la plaza que escoges tiene posibilidades de hacer investigación ésta te permitirá mejorar:

  1. Enormemente tus habilidades para leer la literatura científica (y, por tanto, la médica, ya que al fin y al cabo hacemos ciencia aplicada) de forma crítica (según uno de nuestros profesores, el 90% del conocimiento científico producido al año no es ni siquiera relevante).
  2. Conseguirás un nivel de inglés médico/científico aceptable (no te preocupes, es asequible y necesario.)
  3. Te permitirá mantenerte a la última en el conocimiento de la especialidad, o al menos en el área en que estás trabajando.
  4. Te mantendrá lo suficientemente expuesto a la labor de un investigador para decidir si es lo que realmente te gusta. Esto último es muy importante, aunque no olvidemos que el objetivo de la residencia es formar buenos médicos, siempre habrá tiempo para reconvertirse en investigador.

Aunque los residentes que entran cada año deseosos de formarse como investigadores son una minoría, según nuestra opinión, el número crece, despacio, pero crece, y creemos, por las razones expuestas, que un espíritu favorecedor de la investigación biomédica es un valioso complemento a cualquier programa de residencia.

Ahora bien, ¿cómo encontrar un servicio que te permita iniciarte en este mundo? La verdad es que para esto hay tantos métodos como personas, una forma asequible de localizar un buen sitio es estudiando las publicaciones del servicio, si publican mucho (y asegúrate de que sea de calidad- busca el índice de impacto de las revistas en que publican) se supondrá que tienen, además de una labor clínica activa, un deseo de aumentar el conocimiento general. Otro método es encontrar un servicio con buenas relaciones con personas del mundo de la investigación o bien plantearte realizar una tesis independientemente del servicio al que pertenezcas (a nuestro modo de ver, poco recomendable, por peligroso e inestable).

En líneas generales hemos de buscar:

  1. Conocimiento: Nadie aprende a investigar por su cuenta. No es posible llevar la dirección de un proyecto si no has estado formando parte de otros. Para solventar esto puedes acudir a la persona que actúe como tu tutor. Tienes que buscar alguien que haga (y publique) investigación, en las áreas que te interesan si es posible, pero lo más importante es que tenga deseos de trabajar contigo durante tu entrenamiento. El tema aquí es algo secundario, lo importante es que aprendas la metodología, las técnicas, que leas, ya habrá tiempo para dedicarte a tus propios temas en el futuro, ahora lo importante es aprender. Muchos amigos nuestros con becas predoctorales se quejaban de esto, pero al final comprendían que era un periodo de formación. En este periodo has de aprender a
    1. Diseñar tu investigación.
    2. Aplicar las técnicas necesarias.
    3. Analizar estadísticamente los resultados.
    4. Escribir coherentemente un artículo científico.
    5. Dónde y cómo presentar tu artículo para publicar o exponer.
    ¿Cómo seleccionar el proyecto entonces? Lo más normal es que sea idea de tu preceptor, una línea de sus investigaciones principales. Deberías de poder hacerlo con poca ayuda, relativamente. Conforme vaya pasando el tiempo, ya vendrán proyectos más complicados.
  1. Tiempo disponible: Si planeas una investigación “dura” durante tu periodo de residente necesitas saber con certeza el tiempo del que vas a disponer para hacerla. Como regla general, no ajustes el tiempo a la hora de planificar la investigación, siempre tendrás retrasos. Para eso cada servicio es un mundo, algunos permiten periodos amplios, otros sólo en tu tiempo libre, en otros es indisoluble de su actividad… En este paso puede ahorrarte disgustos innecesarios, el contacto personal con el servicio, antes de escoger tu plaza.
  1. Material: Necesitarás saber qué tienes a tu disposición. Cuantos más instrumentos, muestras, técnicas, espacio físico para trabajar… tengas rápidamente a tu disposición, menos tiempo y energía gastarás en conseguir esa polimerasa que no llega, ese laboratorio que no encuentras disponible, esa revista que tienen que pedir los bibliotecarios, Desgraciadamente, la materia prima más importante para investigar no es otra que el dinero. Interésate en la financiación que recibe el servicio, cómo conseguir más financiación para tu proyecto, tesis, … Otro tema importante son los ordenadores… parece increíble, pero en algunos sitios no están a la orden del día. Aprende a manejar bases de datos, paquetes estadísticos y procesadores de texto… y si no sabes, entérate si el servicio puede enseñarte, pero el manejar correctamente las herramientas informáticas sí que no es negociable (hagas lo que hagas en tu carrera profesional).
  1. Para investigar:

    • Alguien que te inicie
    • Tiempo
    • Material

En toda investigación hemos de tener muy en cuenta estos aspectos, incluso antes de empezar. Lo primero es el tema de la autoría. Aunque hagas el 90% del trabajo, si te citan el 4º significa que hay cuatro personas al menos delante de ti en relación a su importancia para el trabajo. ¿Cómo se lee entonces el índice de autores? Primero va el autor/es que han hecho la mayor parte del trabajo, la parte más importante, si son varios se separan generalmente por “&”, o bien se marca como “These autors have contributed equally to this work”; luego van por orden de importancia los autores que han aportado ayudas al trabajo; y por último va el director/es del trabajo. Siempre se citan los últimos (y esto es lo que hemos de buscar cuando miremos los artículos del servicio donde queremos ir).

Otra cosa que hemos de tener clara es el destino de nuestro trabajo, si es para un trabajo mayor, para una publicación por sí solo, como nota, etc…

Otro tema es la facilidad con la que se puede publicar la investigación, generalmente es más fácil de publicar la investigación clínica que la básica, además su índice de impacto suele ser mayor, no debido a la mayor calidad del trabajo, si no al mayor número de lectores (dos parámetros principales para calcular el índice de impacto de una revista son el número de lectores y el número de veces que se citan sus artículos).

Si no deseas innovar demasiado, siempre te puedes implicar en un artículo de revisión, de acuerdo, con esto no ganarás el Nobel, pero es una gran forma de aprender.

El último tema que debes de tener en cuenta para publicar es si se decide enviar a una revista y/o hacer una comunicación en un congreso o en un “meeting”. Tienes que tener en cuenta que el periodo entre que se envía el artículo y la publicación puede ser de hasta un año. Lo segundo es la forma más rápida de llenar el curriculum y, además, si es aceptado, normalmente se publica un “abstract” de tu artículo previamente al texto completo que todavía podrás enviar a publicación.

 

La tesis doctoral:

Un tema importante en nuestra formación continuada, la tesis doctoral. Para algunos sólo es un trámite para conseguir puntos para una oposición pública, para otros es una gran oportunidad para meterse de lleno en el mundo de la investigación. De la tesis doctoral realmente no hay demasiado que decir, hay que ponerse en contacto con la Universidad que dirigirá los cursos y esto ha de ser a nivel individual, buscar un tutor para la tesis, conseguir la suficiencia investigadora (la tesina), pasar los cursos de doctorado generalmente de dos años, y desarrollar tu trabajo de investigación. Idealmente y con cierto humor, este trabajo debería de ser el peor que hagas en tu vida (pero ha de ser bueno, no lo olvides), ha de ser tu trabajo más inmaduro, pero ha de servirte para aprender.

A la hora de escoger una plaza para la residencia y si tu deseo es hacer la tesis, has de enterarte primero si el servicio tiene alguna relación con alguna universidad, centro de investigación, bien sea oficial u oficiosa y si hay alguien que desee dirigir tu tesis.

En segundo lugar, si la política del servicio es favorecer que sus residentes salgan con la tesis hecha. En algunos sitios, se ofrece un año más de residencia, pagado por el hospital para acabar la tesis. Este programa se presenta como una beca, se suele valorar positivamente que el proyecto que lleves tenga que ver con los propios del servicio.

En tercer lugar, y sin ser indispensable, pero sí muy útil, es si los cursos de doctorado requieren desplazamiento. En algunos hospitales se puede asistir a los cursos.

Los programas de doctorado suelen ser bianuales, y si realmente estás interesado en la tesis, lo mejor que puedes hacer, después de asegurarte de que tu servicio es partidario de ello, es hablar con tu tutor de residentes o con tu tutor personal, para buscar el programa de doctorado que mejor se adapte a ti.

 

Los fellowship americanos:

Ya sabemos que es un poco pronto para hablar de estos programas, pero como orientación ofrecemos unas líneas.

Los fellowship son unos programas que ofrecen las asociaciones médicas en Estados Unidos, serían el equivalente a una beca post doctoral. En cada vez más centros de investigación se equipara un post doctoral a un post residente. Estas becas son contratos de dos o tres años en un centro que se dividen generalmente en un año clínico y el resto del tiempo investigando, de forma que sales de él con una sub-especialidad (de forma aproximada).

A la hora de escoger la plaza, muchos hospitales o servicios te intentarán convencer de que si no es con ellos; no conseguirás un fellowship. Esto es absolutamente FALSO y por eso incluimos. Se pueden obtener desde cualquier sitio, y los que mejor te asesorarán serán los miembros de la asociación española de tu especialidad y, por tu cuenta, en las páginas de las asociaciones médicas estadounidenses que figuran en el capítulo de cada especialidad.

Para aquellos/as que deseen trabajar en EE UU los fellowships son una buena vía de acceso, recordando que hay que haber pasado los exámenes USMLE. Los pasos que hay que realizar están en el apartado dedicado a salidas laborales en el extranjero.

Por ahora nada más, nos contentamos simplemente con marcar el camino para estos interesantes programas y desear que se implanten pronto en nuestro medio.

 

4.- Si te vas a otra ciudad

Si te vas a otra ciudad

 

¡Enhorabuena! Tienes tu plaza. Ahora bien, si la ciudad es nueva para ti y si no tienes allá ningún familiar o amigo; todo lo que necesites será mucho más difícil de conseguir, ¿o no? Esto no tiene porqué ser así. Vamos a intentar ayudarte en este proceso, bien con nuestra propia experiencia, bien con lo que otras personas nos han contado o hemos leído.

4.1. Lo primero, en tu ciudad

  • Cómprate una agenda o anuario donde irás apuntando las cosas que tienes que hacer cada día. El motivo, reducir el estrés del “y si me olvido de cuándo debía …”
  • Localiza en el móvil un plano de la ciudad a donde vas
  • Busca los teléfonos del Colegio de Médicos de la provincia de destino y del hospital de destino.
  • Llama al hospital de destino preguntándoles 
    • Los documentos que debes presentar para firmar el contrato.
    • Donde está localizada la oficina de personal dentro del hospital.  
    • El horario de atención al público de la oficina de personal.  
    • El nombre de la calle donde está el hospital, el número de la calle, la boca de metro más cercana (o la línea de autobús urbano que va desde el tren o autobús hasta el hospital.
    • Pregunta cerca de qué edificio, zona o calle famosa están. Si está fuera de la ciudad, en que carretera está, etc.
  • Entérate de cuál es horario comercial en la ciudad, con ello sabrás cuando abren las agencias inmobiliarias, que es variable, puedes suponer que, al menos, de 10:00 a 13:00 y de 17:30 a 19:00 la mayoría están abiertas.
  • Llama al colegio de médicos de la provincia de destino preguntando:
    • Los documentos necesarios para colegiarte (Título, baja colegial, fotos, etc.)
    • El nombre de la calle donde está el colegio, el número, etc.

Apunta todo lo anterior en el anuario.

  • ¿Has apuntado todo lo anterior?
  • Hazte 8 fotos: Recuerda que tendrás que colegiarte en la provincia de destino y también necesitas las fotos para la tarjeta de identificación del Hospital. 
  • Si estás colegiado en tu provincia de origen
    • En el colegio de médicos, devuelve el carné, pide el certificado de baja del colegio.
    • En el banco ordena que anulen la domiciliación de tu cuota colegial.
  • Vete a la facultad para que te compulsen dos fotocopias del título de graduado o del resguardo de haber pagado los derechos.
  • Asegúrate que posees una cuenta en un banco o caja de ahorros que tenga, en la ciudad de destino, suficientes oficinas (por ejemplo, si tienes cuentas en cajas provinciales o bancos pequeños cada vez que intentes hacer gestiones emplearás demasiado tiempo y esfuerzo en llegar alguna de las pocas oficinas que habrá)
  • Usa Internet: En algún buscador o cualquier otro que uses con facilidad y localiza cerca del hospital todas las cosas que se te ocurra que puedas necesitar
  • Busca, en Internet una inmobiliaria de la provincia solo para hacerte una idea de los precios de venta y alquiler. Si pones "inmobiliaria" y el nombre de la provincia en un buscador cualquiera, aparecerán unas cuantas.
  • Una opción en bastantes ciudades es un piso compartido con otras personas, en nuestra experiencia, puede ser una auténtica aventura, por no decir arriesgado

4.2. El primer viaje

  • Sirve para colegiarte, buscar piso y visitar el Hospital.
  • Debes llevar el Título de Graduado en Medicina (o resguardo de haber pagado los derechos), las fotos y demás “papeleo” que necesites para colegiarte, y la cuota de colegiación (en algunos colegios te piden que pagues en metálico por adelantado al colegiarte), el certificado de baja en tu antiguo colegio si estuviste colegiado, la cartilla de un banco con oficinas en tu provincia de destino, las direcciones de inmobiliarias y pisos que has conseguido por Internet
  • Si vas en tren o autobús debes saber como llegar al hospital, colegio de médicos,…
  • Si vas en coche, es mejor ir acompañado de alguien que también sepa conducir. Es más rápido ver pisos si alguien está en el coche aparcado en doble fila.
  • Localiza la oficina de personal en el hospital, si puedes, intenta firmar el contrato en este momento. Si tu primer viaje es muy pronto, seguramente el ministerio no habrá mandado los papeles y no podrás hacerlo. Si el primer viaje es muy cerca de la fecha de incorporación, podrás firmar el contrato, pero puede que se te “eche el tiempo encima” para las demás cosas, por eso somos partidarios de la teoría de los dos viajes. Si tienes adjudicada plaza en Medicina Familiar y Comunitaria, ya habrás llamado antes al teléfono que viene incluido en la credencial que te dieron en el ministerio, porque… llamaste apenas pudiste, ¿no?

4.3. Viajes sucesivos

Segundo viaje a tu nueva ciudad, ¿listo? Ya tienes casa, ya estás colegiado, ya tienes tu piso y en tu servicio te conocen… ya está todo, ¿no? Sólo queda el momento de firmar el contrato. Esto lo haces en las fechas para la incorporación que vienen impresas en la hoja que recibes en el Ministerio. Sería interesante viajar unos días antes para aclimatarte a la ciudad, y firmar el contrato y ponerte a disfrutar de la plaza que te has ganado de una vez por todas.

 



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Créditos: Estudio L.Aulló
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